PREPUSIO
Amigos míos a
fuerza de ser honesto, Roberto Gil, nunca tubo un lugar de la gente, para
organizar los algoritmos que anteceden a un proceso informático, en realidad no
hubo tales algoritmos, los programas que conocerán, fueron diseñados en la calle,
lugares públicos, cantinas y similares.
Desde la cantina La Perlita , sentado en la
banca que está a la par de la rocola, con un litrón de chamaco que cuesta un
poco menos de tres dólares, les presento mis programas, que son nacidos aquí
precisamente, en el gran San Salvador, quiero mencionar algunos de los lugares
públicos y privados en donde se han desarrollado:
Parque Bolívar, que
con su quiosco en el centro, forjado con maderos envejecidos y chancomidos por
la polilla, dio albergue a mí y a todos los amigos que el infortunio había
tirado a la calle, hasta que la lluvia pasara; Parque Cuscatlán, sirvió de
sombra para la mayoría de las líneas de cada uno de los programas; Parque
Daniel Hernández de Santa Tecla; Parque Centenario y sus revoltosos pero
necesarios alrededores, en los cuales uno por uno y en orden correlativo,
entré, para desaguar los deseos del amor; a ellos se suman los nunca bien
ponderados lugares que se encuentran ó encontraron un día, al norte, El Tamoa, Las Mil y Una Noches, el 5 1/2, el Ángel,
en fin, por ahí anduve rodando con la idea de hacer algo para todos; Parque
Libertad que con su ángel en lo alto, sosteniendo sus dos coronas, con las
manos alzadas al cielo me decía: “sigue que lo lograrás, pero si no lo logras,
al menos lo intentaste.”
En la siguiente
cuadra, el Buenos Aires que me enseño a dar los primeros pasos, junto con Los Mismos, Los Meseros, en fin todos los bailes
estuvieron presentes, talvez no sea vida pero la dignidad, el honor, la
fidelidad, la amistad, la sinceridad, ahí estaban; a todas las personas que
encontré por estos senderos, les ofrezco mi gratitud y les doy las gracias por
haberme regalado los elementos antes mencionados que son los materiales
necesarios para armonizar de nuevo la mente y el corazón. La Biblioteca Nacional ,
un lápiz, quien tuviera un lápiz…. Muchas gracias a las personas que me
recibieron ahí, en especial a aquel Bibliotecario, a quién yo llamo “El
caballero” El me regaló un lapicito chiquito, con el que se escribieron muchas
rutinas de mis programas, si mal no recuerdo se llama Edgar Colocho.
Doncellas ¿donde
están…? Luces, destellos rebotados de vuestras vestimentas, atravesando mis
pupilas meneadas a ritmo del por aquí voy, por aquí vengo, de vuestras caderas,
que ambrosían el ven ámame y vete, regresa cuando tengas billetes; nunca os
olvidaré barrio modelo.
Las heladas atardecidas
de la Puerta del Diablo, a medio enfaldado con el Parque Balboa, de los Planes
de Renderos; pisto no hay, pero igual, el aroma del atolito y tortas de elote,
las riguas etc. me ayudaban a vivir.
A todas las
personas, de cuyo recuerdo estoy haciendo un soporte a la retórica que no
existe, les digo que regresaré, aunque me hagan jaladito con pitilla las
sombras que me llevarán a las tinieblas del olvido. Las ultimas respiras que
hagan mis pulmones ya vencidos, serán para dar las gracias a todas las buenas
personas que encontré por mi camino y que con su aporte, del tamaño que fuere,
sirvió para que este día con euforia y gallarda enloquecida, mis programas griten:
¡ hemos nacido¡
Lunes 01
de Marzo del 2012, San Salvador, El Salvador, C. A.
Roberto Gil.
EL NIÑO ROBERTO GIL
ROBERTO GIL, AL IGUAL QUE TODOS LOS
NIÑOS MÁS POBRES DEL MUNDO, NACIÓ EN LA TOTAL MISERIA, AL IGUAL QUE LOS NIÑOS
MÁS POBRES, ROBERTO GIL CAMINÓ LOS PRIMEROS AÑOS DE SU VIDA TOTALMENTE DESNUDO
Y DESCALZO; PARA HACER PUPU SE SUBÍA A LOS ARBOLES PARA MANTENERSE LEJOS DE LOS
CUCHES, COMO LOS NIÑOS MÁS POBRES ANDABA CARETO, MUGRIENTO, MOCOSO Y PANSÓN POR
LAS LOMBRICES, ASÍ COMO ESOS NIÑÓS, CUANDO REIA, NO SE PODÍA DISTINGUIR SI
ESTABA TRIZTE Ó CONTENTO PORQUE SU RISA ERA OPACADA POR LOS MALESTARES QUE
PRODUCE EL ESTADO DE ÁNIMO COMO CONSECUENCIA DE SU ESTADO DE SALUD.
PERO AL IGUAL QUE LOS NIÑOS MÁS RICOS
DEL MUNDO, QUE LOS CASI RICOS, QUE LOS MENOS POBRES, QUE LOS QUE COMPARTEN EL
MISMO INFORTUNIO, NACIÓ CON EL ALMA PURA, REBOSANTE DE INOCENCIA, SIN MANCHAS
EN SU ESPIRITU, SIN PODER DISTINGUIR ENTRE RICO Y POBRE, CON DULSURA EN SU
MIRADA, CON SINCERIDAD EN SU CORAZÓN, CON DESEOS DE VIVIR LA VIDA, CON TODAS
LAS COSAS BONITAS QUE SE PUEDEN VER Y SENTIR EN TODOS LOS NIÑOS DEL MUNDO.
Roberto Gil.
YO
ERA UN HOMBRE MUERTO…
Nacido en San Salvador, criado en sus
primeros once años en San Juan Nonualco, pequeño terruñito del terruño querido.
Como olvidar al primer amigo de la vida, Carlos Gerber Quintanilla “Calín”, con
Él recorrimos los llanos y barrancas de nuestro San Juan Nonualco del alma, los
cauces de sus ríos “Amayo” y “Chanjute”, montamos sus árboles cual jinete en
abierta cabalgata, retamos sus ondas posas de agua como ágiles anguilas,
atravesándolas de lado a lado y de punta a punta y como dos fieras nutrias sacamos
de sus entrañas cuanto pescado quisimos. La extrema pobreza no la podían ver
dos niños de seis años de edad, que aunque sin zapatos en sus pies y sin ropa
en sus cuerpecitos, totalmente desnudos y más aun con las pancitas llenas de
lombrices, tanto así que me salían vivas por el culito, yo las agarraba con la
mano y me las jalaba de un solo y las tiraba por los matorrales, sin dejar en
ningún momento la travesía que habíamos empezado, esos dos niñitos eran más
libres que el viento.
Como poder olvidar lo que sin
quererlo yo, tuve que dejar, mi viejecita linda Ercilia Gil, entre más viejo me
pongo más se introduce en mi corazón, nunca morirán en el lecho de mis
recuerdos, los primeros cuentos que he escuchado, que sin saber leer ni escribir,
aquella hermosa viejecita le contaba al niñito que se enrollaba en la sincera
cuna del regazo de la madre que sin esperar nada a cambio, más lo ha querido,
mientras le contaba con especial maestría el cuento de “La ingracia mía”. Aquel
pequeño se prendía en el suave cuerpo de su abuela cuando le contaba el eterno
cuento de “La ciguanaba”, cuando estoy en añoranzas atado al romanticismo,
pienso que a todos los reyes y reinas nacidos en el mundo, solo les hizo falta
esto para poder llorar con el corazón.
Ya que estamos en bonanza de
sentimientos, como dejar de ver en el pensamiento, al tío Joaquín Gil Góngora,
que a sus escasos diecisiete años demostró que también se puede querer como a
un hijo a un sobrino, a todos nos quiso y a todos nos lloró cuando nos perdió;
pero estuve el tiempo necesario con Él, para poder escuchar las palabras que
han guiado mi destino:
Dijo el tío un día: “sobrino si no me fallás en ningún grado, te voy a
poner a la escuela hasta donde querrás llegar”.
Y el sobrino sin saberlo porqué, pero se sonreía.
El recuerdo aquí va con migo: las
calles empedradas ó de tierra, el viejo mercado, el parque, la imponente
Iglesia, su gente, todo, aquí lo llevo y lo llevaré dentro, siempre.
No pude evitar dejar todo esto un
día, porque apenas tenía once años. Pero que Dios me juzgue si miento, luché
como salvaje, como también luchó el indio Aquino, para poder regresar en
aquellos mismos días, aunque apenas era un niño.
Los años pasaron, empezó la historia
en la gran ciudad, nuevos amigos, nuevas gentes, nuevos amaneceres y así entre
brotes de rebeldía y estudios a medias, se me ha estado yendo la vida. Y otra
prueba de fuego se presentó, tanto así que prácticamente era un hombre muerto.
Así de fácil, simple y sencillamente
con GASTRITIS SEVERA, INFLAMACIÓN DE BESÍCULA (disquinesia vesicular), COLITIS SEVERA, y como si fuera poco, con
HEMORROIDES en el culo, todo esto simultáneamente, de doscientas libras de
peso, bajé hasta cien libras en poco tiempo. El viento no te acaricia te lleva
con él, la gente que antes te sonreía, ahora te discrimina, los amigos con los
que antes compartías, ahora se reúnen y comentan que te estas muriendo de sida.
En momentos así ¿quién queda con nosotros…? Solo lo más puro que existe en la
tierra: EL AMOR DE TU MADRE, TUS HERMANOS, LOS FAMILIARES QUE TE HAN QUERIDO
SIEMPRE, y solo las personas que por
naturaleza son sinceras.
Y así, alegrías alternando con
tristezas, la vida se nos empieza a perder en las tinieblas del más allá…..
La narrativa que acaba de leer, son
fragmentos del libro que próximamente será editado, titulado: “Gil el pipil de
San Juan Nonualco.”
DEDICADO A MIS HERMANOS, MADRE Y TODOS LOS
QUE ESTUVIERON AHÍ.
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